La mirada se me detiene en los árboles
del parque florecidos con diminutas florecillas de color azul. Todo un largo
periodo hibernando sin que nadie pose sus míseros ojos sobre ellos, casi tres
meses cuajando para mostrar apenas unos días todo su esplendor, luego llega una
inoportuna bocanada de aire y descabeza toda su creación, dejando un manto azul
sobre asfalto gris, un manto efímero y pisoteado
¿A quien le importa lo mucho que tuvo
que esperar esas ramas en completar su ciclo, su creación?
¿A quien le importa el esfuerzo enorme
de hacer brotar sus diminutas flores azules?
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